Baile de fin de curso. Con buenas notas pero con la obligación de mantener la compostura. Y se consiguió. El MoraBanc Andorra perdió ayer por 84-74 en la pista del Fc Barcelona en un partido repleto de trampas que el equipo de Peñarroya pudo desactivar una por una sin dañarse demasiado..
La primera trampa era la falta de tensión, admitida por el entrenador en rueda de prensa, de las últimas semanas desde que se consiguió brillantemente la permanencia. La segunda fue un bonito y emotivo homenaje a Víctor Sada poco antes de comenzar el partido. Para el base de Badalona no debió ser fácil arrancar a jugar con tantas emociones a flor de piel. Y la tercera trampa, la más peligrosa, era el propio Fc Barcelona, un rival poderoso, que a ratos parece frío pero que es como un animal salvaje que te puede sacar un brazo sin inmutarse. Todas y cada una de las trampas tuvieron presencia durante la tarde en el Palau Blaugrana. Y en cada momento, apretando los dientes, acabaron quedando atrás para terminar pagando el precio de una derrota previsible por 10 puntos ante un rival muy superior.
Excepto un momento de arrebato en el segundo cuarto en el que Stojanovski lideró el equipo hasta el 25-27, el mando siempre fue azulgrana. La abundancia, incluso exhuberancia, de recursos de los de Xavi Pascual contrastó con un MoraBanc Andorra que no estuvo gripado del todo pero que tampoco acabó de arrancar.
Al descanso la diferencia era de 10 puntos, 45-35. Jawai, que acabó con 16 de valoración, fue capaz con algunas buenas acciones de impedir que el Barça se fuera y al final del tercer cuarto las cosas estaban más o menos igual, 68-57. Pero la sensación es que el equipo local estaba a punto de poner distancia. Y así fue. Hasta 24 llegaron a ser los puntos de diferencia a falta de 5 minutos para el final. Y fue justo el momento en que planeó sobre el Palau el temor a terminar la temporada con una derrota dura de digerir que estropeara el buen sabor de la permanencia. Pero guiados por el orgullo de Sada y Trias, con un buen Blanch en pista, la ventaja azulgrana se acortó hasta los 10 puntos a pesar de las rachas en el tiro de Marcelinho Huertas. Un día más, el equipo de Peñarroya mostró profesionalidad y oficio para resistir de pie en situaciones de riesgo.
Final de temporada en el puesto 14 de la tabla clasificatoria con 12 victorias y 22 derrotas. La aventura sigue pero ya nunca más seremos los mismos después de una liga apasionante, dura y exigente. Hasta la próxima temporada.