Derrota dolorosa en Madrid ante Movistar Estudiantes por 81 a 72 que aleja todo tipo de objetivo a corto plazo.
No había 2 sin 3. Esta era la ambición del BC MoraBanc Andorra al partido ante Movistar Estudiantes. Creer en esta tercera victoria seguida fuera de casa era una necesidad para contrarrestar la derrota ante Burgos y para mantener el premio de la copa en la mente de todos. No ha sido así.
La puesta en escena no fue ni de lejos la que debía ser para un partido de aquellos vitales. 8 a 0 de parcial de los locales, que provocaba que ya desde bien iniciado el partido, los de Joan Peñarroya debieran remar contracorriente. Eso sí, a la vez que poner carácter los tricolores han demostrado que lo saben hacer. Por detrás pero trabajando paulatinamente la suerte de cara a canasta cambiaba y se igualaba el acierto de Movistar Estudiantes. Reacciones que permitían finalizar el primer cuarto con 22 a 16.
Segundo cuarto, y de nuevo superados por el equipo local. Tanto es así que en 2 minutos Peñarroya decidía parar el partido para evitar que el parcial en contra fuera a más. La cosa se complicaba con la máxima local de 33 a 18. Era el tiempo de ahora o nunca para reaccionar. Desde la defensa se empezó a generar juego. Hecho que permitía encadenar acciones rápidas y más claridad a la hora de ver cesta. Reducíamos puntos. Pero a la que nos despistamos un segundo, ellos tampoco perdonaban y el descanso seguían con una ventaja cómoda de 43 a 34.
La salida de vestuarios fue otra cosa. Y a base de defensa insistente y una manera de jugar característica de los de Joan Peñarroya, el BC MoraBanc Andorra mostraba otra cara. Las distancias que parecían hasta el momento, lejos de poder ser recuperadas pues lo eran. Lo que en ese momento parece ser superados por la intensidad del juego, se volvía en creer en el trabajo bien hecho y en la vuelta al resultado. Como hormigas, punto a punto, se conseguía una distancia mínima de 4 puntos, 59 a 55, que nos colocaba con todo por decidir en el último cuarto.
Tal y como terminaba terceros 10 minutos, comenzaba el definitivo cuarto. Un equipo muy con señas de identidad claras. Trabajo detrás, rapidez y si llega, acierto. Momento para colocar, con un triple del nuevo llegado Sané, el empate a 55. Siguiente jugada, momento para situarse delante, pero esta vez no entraba. Y lo que tenía que ser el punto para terminar de despegar se convertía en la otro canasta en un 2 más 1 que acabaría marcando el duelo. Con problemas de faltas desde muy temprano en este último cuarto, la intensidad necesaria se reducía. Y lo que parecía que podía ser un camino hacia la victoria se transformaba en todo lo contrario. Los locales volvían a coger distancias, el tiempo se reducía y los intenso a última hora para volver a entrar en el partido eran ineficaces. Derrota al Wizink center ante Movistar Estudiantes por 81 a 72.
El objetivo de la Copa lejos de poder ser una realidad. Así lo veían los protagonistas al finalizar el duelo. Ahora hay que pensar sólo en el próximo partido. Llega el Barça y somos capaces de lo mejor. Así que la liga es muy larga y no hay que preocuparse seme de la cuenta. El calendario no ayuda, pero seguimos y entrenar de la mejor manera por los duelos tan intensos que nos esperan.
Domingo os esperamos a todos a la BMB. El rival, todo un FC Barcelona Lassa. Un espectáculo de una liga Endesa. Un atractivo para todos y un premio para poder estar entre los mejores.