Nuestro socio de honor Albert Llovera vuelve a optar a uno de los premios más importantes del mundo a nivel deportivo, el Princesa de Asturias. Según ha publicado el Diario de Andorra, el Gobierno lo ha presentado y forma parte de la lista de candidatos sobre la que el jurado después decidirá para elaborar la de los finalistas. La excelencia que rodea el premio se ajusta absolutamente a las características de la carrera del piloto andorrano, que ya hace mucho tiempo que es un ejemplo de superación para la forma en que ha sido capaz de convertirse en una figura automovilismo a pesar de haber sufrido un accidente cuando era esquiador que le ha llevado a negociar todos los aspectos de su vida en una silla de ruedas. Llovera ha sido capaz de reconvertir un obstáculo insalvable en un elemento más para construir una vida rica y llena de oportunidades que aprovechar.
“El perfeccionamiento, cultivo, promoción o difusión del deporte” se indican como requisitos para merecer el galardón. Llovera está en una lista de salida en la que, al igual que los años anteriores, coincide con auténticas leyendas de la competición. En la edición del año pasado, por ejemplo, el premio se lo llevaron los hermanos Pau y Marc Gasol por sus trayectorias y por haber protagonizado la irrepetible imagen de reunir dos hermanos en el salto inicial de un All Star NBA. Albert Llovera es un gran seguidor del MoraBanc Andorra desde su condición de socio de honor. Recientemente fue el autor del prólogo del libro El Juego que queremos, que publicó recientemente el MoraBanc Andorra a beneficio de UNICEF.
Aquí se puede leer un fragmento.
“Recuerdo que me llamaban el ‘Príncipe’ porque pude llevar mi coche hacia allí, con placas andorranas y cuando vieron aquello de Principado de Andorra todo el mundo se pensó rápidamente que pertenecía a la realeza europea. Era cuestión de tiempo que algún día sacara la cabeza por el gimnasio. Para el hogar de los Charlottesville Cardinals. Los fui a ver en un partido de la WNBA (Wheelchair National Basketball Association). 1500 espectadores en las gradas, un gran ambiente, competición de alto nivel, animadoras …
-Yo Quiero jugar aquí!
Y me fue muy bien. Desde el primer día fue para flipar. Y no porque yo fuera la figura del equipo ni para que anotara muchas canastas. El motivo por el que yo resultaba muy valioso tiene una explicación reglamentaria. No todas las personas que van en silla tienen la misma lesión. De hecho los que juegan a baloncesto, el abanico de posibilidades recoge también personas que sólo tienen una amputación y que caminan con la ayuda de prótesis (mi amigo inglés, Georges, se ponía derecho a solas). Pero el reglamento indica que debes contar con jugadores de diversos grados de discapacidad. De hecho hay una puntuación asignada a cada lesión. Yo tengo una muy alta que me permite muy poca autonomía y que no me deja hacer mucha fuerza. Por eso es muy importante para cada equipo de basket en silla de ruedas que los jugadores como yo no desentonen y así permitan, por el tema reglamentario, tener en pista de otros elementos con mayor capacidad de movimiento “.
El libro está en las librerías y cada ejemplar que se venda ayudará a los proyectos de UNICEF Andorra. Mucha suerte para Albert Llovera. Con todo el respeto por el resto de candidatos, la merece toda.