Mal partido. Derrota justa. Y aniquilación del positivismo extremo que había despertado la excelente pretemporada del equipo. Este sería el resumen de la derrota por 68-78 contra el Dominion Bilbao Basket en la Bombonera. La liga no es la pretemporada. Y punto. La competición eleva mucho la dureza respecto al verano, la multiplica. Y esta fue la carta de presentación que mostró el Bilbao desde el inicio. Todo costaba mucho, todo era pesado y complicado. Y en esta espesor quien supo nadar mejor, de largo, fue el Dominion Bilbao Basket.
Los de Sito Alonso marcaron el ritmo y las ventajas, guiados por un Mumbrú formidable y un Shawn James firme, fueron apareciendo. 21-25 al final del primer cuarto. David Navarro a golpes de genio sostenía las esperanzas de los hombres de Peñarroya. Beto cooperaba con buen nivel defensivo. Y así fue transcurriendo el encuentro. Haciendo la goma. El MoraBanc acercaba pero cada vez que lo hacía, el Bilbao reaccionaba con un puñetazo encima de la mesa.
La frustración no hizo acto de presencia por la habitual buena predisposición del equipo andorrano. Pero todo costaba mucho. Shawn Jones estuvo desaparecido todo el partido, Shermadini más de lo mismo y Sada no encontraba la manera de liderar.
36 a 41 al descanso. Espadas en alto. Cierto. Pero había que hacer mucho más para hacer tambalear los de Sito Alonso. Y pareció que podía ser. A golpe de triples de Bogdanovic y Beto, se llegó a empatar a 43 en el tercer cuarto. Fue un espejismo. En menos de un minuto los vascos ya habían ido de 7 de nuevo. En el inicio del último cuarto, las diferencias ya se empezaron a disparar. Primero 10, luego 12 y al final 17. Quedaba partido pero faltaba baloncesto y sobraba precipitación y nervios.
Un mal día. Una lástima porque era el primero y había muchas ganas pero por otra parte que sea el primero también quiere decir que quedan muchos más. El domingo de la próxima semana en la pista del Iberostar Tenerife, tendremos la primera oportunidad de olvidar este mal partido..