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Hacía días. Y hacía falta para dar una alegría a la afición. La primera victoria en casa 15-16 fue bonita, trabajada y con un punto histórico porque es la de más prestigio de la segunda etapa ACB del baloncesto en Andorra. El 82-79 final contra el Unicaja de Málaga se explica desde muchos puntos de vista pero lo fundamental es escuchar tronar la Bombonera como reconocimiento a un trabajo excelente de los hombres de Joan Peñarroya. Desde el punto de vista baloncestístico, la victoria ha llegado por solidez, buen trabajo y capacidad para resistir los malos momentos.
El partido ha comenzado con el MoraBanc Andorra anunciando la batalla que le esperaba a todo un conjunto de Euroliga como el Unicaja. El 5-0 inicial pero no ha sido premonitorio. El Unicaja se ha despertado y el buen inicio local se ha diluido. Poco a poco el potencial coral de los andaluces se ha ido abriendo hueco y al concluir el primer cuarto la electrónica anunciaba un 16-22 que era una mal menor para que la ventaja se había encaramado hasta los 10 puntos. El segundo cuarto ha servido para mantener las espadas elevadas al descanso (33-38) y porque el MoraBanc Andorra, sin tener unos porcentajes extraordinarios, había venido al partido para quedarse hasta el final.
El arranque del tercer cuarto ha sido clave. Shermadini ha sido el faro del equipo todo el partido pero ha ido recogiendo adhesiones a su causa según el momento. Navarro ha tenido momentos de gran juego, Daniel Clark ha hecho el mejor partido con la camiseta del MoraBanc y Sada ha mostrado liderazgo. Schreiner con sus triples ha impulsado al equipo en momentos claves y el marcador pronto se ha dado la vuelta llegando a un 51-47 que ha hecho estallar el público como hacía meses.
El último periodo ha sido andorrano. Por pura consistencia. Con acierto cuando ha tocado pero sobre todo con la firmeza de una roca en todo momento para no conceder margen a un equipo del nivel del Unicaja. Remando y remando al final se ha llegado a la recta final con Stojanovski en todas las salsas por su capacidad para aglutinar juego. El 79-72 con el que se entraba en el último minuto y medio podía hacer prever que el tema ya estaba. Pero no. Unicaja no ha cedido hasta el final y en un final no apto para cardíacos, la victoria se ha quedado en casa por 82-79. La afición ha disfrutado y el equipo se ha reencontrado con ella después de unos partidos grises. Dos victorias consecutivas por MoraBanc Andorra que el próximo domingo visita el UCAM Murcia.
