La historia de Hamza Drioiuch no es de las que deja indiferente y la manera como la explica el documental Proyecto Hamza tampoco. Las emociones y las conclusiones de la proyección que proponía ayer la Escuela de valores del MoraBanc Andorra fueron diversas y giraron en torno a la constancia, la perseverancia, la diversidad, la tolerancia, el esfuerzo y el amor incondicional al baloncesto. Hamza Driouich y Vidal Sabater, el director del documental, mantuvieron tras la proyección un coloquio ante un auditorio impresionado por el relato. El coordinador de la base del club, Jaume Tomás, fue el moderador del debate.
“El documental durante todo su proceso me sirvió para encontrarme a mí mismo y para hacerme muchas preguntas, para mí ha sido importante” explicaba Hamza, que en la parte final de la película afirma que “a mí el baloncesto me ha salvado la vida “. Proyecto Hamza relata como un adolescente problemático es capaz de encontrar los mecanismos salir adelante y terminar estudiante, contra todo pronóstico, una carrera universitaria (le queda un año para ser economista). “Hay que perseverar y en mi caso la figura que me ayudó a hacerlo y seguir adelante fue mi entrenador de baloncesto” comentó Driouich ante una audiencia con muchos jugadores de la base, padres y entrenadores. El documental también subraya los problemas de racismo sufridos por Hamza “si iba a Marruecos allí era el español y en Cataluña, donde nací, era siempre el moro”.
La proyección de Proyecto Hamza resultó un éxito y otro episodio de una escuela de valores que en sus primeros meses de vida ha tenido unos inicios ambiciosos.