Derrota dolorosa ayer en la BMB. De las que se subrayan en el calendario como momento destacado en una temporada. Para bien o para mal. Ayer el ICL Manresa conquistó el Polideportivo de Andorra por 74-77. En un final ajustado y con un resultado justo. Aunque sólo fueron tres puntos, la forma en que el Manresa resolvió el encuentro lo hizo claramente merecedor de la victoria.
El primer cuarto acabó con 16-18 por los manresanos que desde el inicio acreditaron que habían venido a por la victoria. El MoraBanc se ajustó en defensa en el segundo cuarto y partiendo de ahí las cosas se empezaron a equilibrar. Shawn Jones con 4 alley oops en el primer tiempo y 12 puntos (23 puntos y 28 de valoración al final) era la pieza que tiraba del carro. Pino tuvo unos buenos minutos defensivos y sus compañeros se contagiaron. Al descanso el 39-30 que mostraba electrónico no auguraba ni mucho menos el final que le esperaba en el partido.
El inicio del segundo tiempo no fue inquietante, incluso la diferencia se llegó a situar en los 12 puntos (58-46). Pero fue un espejismo y de los gordos. Un cántaro de agua fresquita para alguien perdido en el desierto. El MoraBanc estaba perdido pero no lo sabía. Todo vino por el bajón en defensa. El ICL Manresa fue capaz de resistir cuando le vinieron mal dadas y al entorno de Musli hizo trabajo de hormiguita hasta igualar las cosas.
Y en este momento, los manresanos fueron mejores. Quisieron más y hicieron más. El 74-77 final relata un partido igualado y una excelente oportunidad de dar una alegría en casa a los seguidores pero también es la imagen fija de un partido que el vestuario analizará seguro por la valía de la información que contiene.
El próximo domingo a las 13h (MOVISTAR + en directo) visitamos el Fuenlabrada y el próximo partido en casa es el domingo 8 de noviembre a las 12h30 contra el FC Barcelona Lassa.