El MoraBanc Andorra se ve superado por un Monbus Obradoiro necesitado de victoria para salvar la categoría. No ha sido suficiente un gran inicio y meritorio final de partido para tumbar a un rival que ha sabido ir erosionándonos.
Tiempo tapado, lluvioso y con viento el que se encontraba el MoraBanc Andorra en su desplazamiento a Santiago de Compostela. Por delante, una auténtica batalla que prometía igualdad y emociones. El Monbus Obradoiro se lo jugaba casi todo ante un MoraBanc que será equipo de Liga Endesa la próxima temporada. El enfrentamiento empezaba muy a favor de los de Lezkano. Con un Jerrick Harding totalmente encendido (8 de los primeros 13 puntos del equipo), dábamos el primer golpe sobre la mesa en el tramo inicial. Debido, probablemente, a los excelentes porcentajes, bajábamos la intensidad en ambos aros, y eso lo aprovecharía el Obra para cabecear. Ahora los tiros no entraban, y los locales iban como un cohete a hacer más sangre a la herida andorrana. 26-22 para cerrar el primer asalto. La sensación de remar e ir a remolque era más que palpable ante un rival que iba un paso por delante en casi todos los aspectos del juego; aquí se notaba muchísimo lo que para ellos había en juego. El objetivo era que el Monbus no se escapara peligrosamente en el marcador, y lo conseguíamos a base de bajar al barro. Desgraciadamente, perdíamos claramente la lucha en el rebote (7 ofensivos por ellos), dejándoles segundas e, incluso, terceras opciones que acabarían materializando una y otra vez. Todas estas piedras en la mochila, más un polémico triple de Timma al final de cuarto, provocarían el 52-41 al descanso. Trabajo por hacer, bastante; empezando por igualar la intensidad y lucha de los gallegos para tener opciones de luchar por la victoria en el Fontes do Sar. La reanudación no favorecía nada a los andorranos, y el Monbus Obradoiro conseguía hasta 21 puntos de ventaja, anotando casi todos los tiros que intentaba, en el ecuador del tercer periodo. Cuando la cosa pintaba negra, el MoraBanc Andorra ha sacado su orgullo característico para acabar igualando el resultado parcial del cuarto. El trabajo bien hecho provocaba errores al rival, pero su acierto golpeaba nuestras esperanzas como un martillo. Encarábamos el último periodo con el resultado, poco optimista, de 81-68. Como pasaba en el primer cuarto, el inicio ahora era tricolor. Jean Montero se ponía el equipo a la espalda para romper la barrera psicológica de los diez puntos, y todo el mundo presente en el Fontes do Sar se preguntaba cómo se les había complicado una victoria que para ellos ya estaba casi cantada. Stan Okoye también aparecía dando la energía suficiente con cinco puntos consecutivos, a falta de 4 minutos, y el resultado era de 92-84. Lastimosamente, el Monbus Obradoiro ha aparecido cuando más lo requería el partido y estando en juego su salvación. Los gallegos han sentenciado castigando tras no encontrar acierto en dos posesiones. Resultado final de 101-89 y derrota en Santiago, finalmente, con la cabeza bien alta.
El siguiente partido será el viernes 10 de mayo (20:00 horas), el equipo viaja hasta Lugo para jugar ante el Río Breogán.