El MoraBanc Andorra consigue ponerse en el bolsillo la novena de la temporada tras superar a un pegajoso Casademont Zaragoza. Los tricolores se han apoyado una vez más de su afición, del espíritu de las leyendas y del saber competir masticando arena para volver a reencontrarse con el esperado gusto de la victoria.
Un nuevo atardecer de baloncesto de máximo nivel en una Bombonera nuevamente a reventar. Un nuevo atardecer que ha acabado siendo mágico, por muchísimas cosas. Un nuevo atardecer que ha acabado siendo emocionante al ver como todos y cada uno de los presentes en el Pavelló de Govern sonreía con orgullo junto a su equipo. Ha sido un partido de infarto, para variar. El inicio ha sido bueno para un MoraBanc Andorra que ya venía con la lección aprendida de la importancia de salir bien. Con mucha energía, lucha y con el empuje de su gente, los de Natxo Lezkano se ponían por delante en un marcador, el cual reflejaba muy pocos puntos en el tramo inicial. Se imponían las defensas, pero los tricolores empezaban a sentirse muy cómodos sobre el parqué. Los últimos minutos del primer asalto eran para el Casademont Zaragoza, que conseguía recortar y cerrar éste con el 19-16. El segundo periodo ha sido un auténtico intercambio de golpes entre dos equipos que se jugaban mucho. Esta tensión se ha visto, se ha notado y se ha palpado durante todo el enfrentamiento. Unos grandes minutos de la pareja dominicana, Tyson-Jean, nos daban un empuje que de nuevo recortarían los aragoneses como en los primeros diez minutos. Al descanso máxima igualdad con el luminoso reflejando el 39-37.
Tiempo de pausa, de coger oxígeno y de preparar las manos para aplaudir muy fuerte con lo que venía. Francesc Mora (Presidente de MoraBanc en el año 2014) junto a Carles Sasplugas (Director General MoraBanc el mismo año) eran nombrados Socios de Honor del club de la mano de Gorka Aixàs, nuestro presidente. Por si no fuera poco, uno de los momentos más esperados de toda la semana: El homenaje a nuestras Leyendas del segundo ascenso a la ACB. Ha sido muy emotivo volver a ver estas caras, y verlas casi emocionándose al encontrarse unas con las otras. La Bombonera, como no podía ser de otra manera, se ha entregado a sus héroes.
Volviendo al baloncesto, segunda parte no apta para cardíacos. Como coche que se lleva al taller para arreglarse, los andorranos salían con las consignas claras del vestuario para intentar superar al rival de una vez por todas. El que ha abierto fuego ha sido Tobias Borg, que volvía a reencontrarse con buenas sensaciones en pista y que ha sido clave. Un parcial importante nos ponía hasta catorce puntos encima, desplegando un gran juego ofensivo pero una mejor defensa que los de Fisac no podían superar. Unos minutos decisivos, pero donde el MoraBanc Andorra, a pesar de oler y degustar la sangre, ha perdonado para casi romper el enfrentamiento del todo. El 64-53 al finalizar los primeros treinta minutos esperanzaba, y mucho, pero había que rematar la faena, quedaba un mundo. A pico y pala íbamos y sacábamos, muy rápidamente, faltas a los visitantes. Un factor que podía haber sido clave, pero que no se ha acabado aprovechando del todo. Los primeros cinco minutos del último cuarto han sido muy buenos, pero los ataques no aprovechados eran castigados por un Smith que hacía creer a los suyos y que tenía algún que otro gesto muy desagradable con nuestra afición. Por suerte nuestra, el karma tendría nombre y apellido: Jean Montero. El dominicano se ha puesto todo un país detrás y él solo ha echado de bólido a un Casademont Zaragoza que no podía detenerlo. El joven base del MoraBanc Andorra, de solo veinte años, hacía estallar en la Bombonera cerrando el partido con el 85-80 final.
El siguiente partido será el domingo 31 de marzo (17:00 horas), el equipo vuelve a coger carretera para visitar la pista del UCAM Murcia.