Llega la primera victoria de la temporada en la competición doméstica, y la número 200 del MoraBanc Andorra en la Liga Endesa. Y qué victoria. Los tricolores conquistan el Buesa Arena tumbando a todo un Baskonia en su fiesta de ceremonia particular.
Semanas y semanas de promociones y carteles diversos que anunciaban toda una fiesta en el día de hoy. Los locales han hecho de su primer partido en la liga una auténtica fiesta que a muchos de nosotros nos ponía la piel de gallina, y hay que reconocerlo. Un acontecimiento que hemos podido vivir en primera persona y que nos hace ser aún más conscientes en qué trozo de liga estamos compitiendo.
Después de la ceremonia inicial, tocaba ir al motivo por el que hemos ido hasta Vitoria: El baloncesto. El primer asalto comenzaba a buen ritmo para el MoraBanc Andorra, aprovechando la muñeca caliente de un Shannon Evans que clavaría (de momento) 2 triples para llevar la iniciativa. En un visto y no visto, al no detenerse el juego, nos acercaríamos al ecuador del partido. Dentro de la pintura Nikos Chougkaz, dando un paso adelante por la baja de Sekou Doumbouya, entraría en acción en ambos aros haciendo un muy buen papel. Antes de las primeras rotaciones, los tricolores doblaban en el marcador a todo un Baskonia (minuto 6, 6-12). Sedekerskis por ellos daba replica al buen trabajo de los de Lezkano, pero no les era suficiente para poder evitar el 16-21 al finalizar los primeros diez minutos. Muy buenas sensaciones que daban continuidad gracias ahora a un Stan Okoye muy activo robando y anotando en contraataque, y también desde la línea exterior con un triple (minuto 13, 21-27). Los locales necesitaban a otro referente que no fuera Sedekerskis, y no podía ser otro que Markus Howard. A base de talento individual, también aprovechado por su ventaja con las faltas personales (6-11 al descanso) entraban de lleno en el partido empatando el marcador. Volvería el del principio, volvería Shannon Evans y lo hacía anotando 2 triples más (4/5 al descanso), junto con una nueva canasta de Nikos Chougkaz, para devolver ahora el parcial de 0-5 anteriormente encajado (minuto 16, 32-37). A pesar del monólogo de Howard, el MoraBanc seguía fuerte detrás y generoso por delante para seguir dominando el ritmo del partido e ir de camino a los vestuarios con el 45-51 favorable. Unos 20 minutos que nos dejaba plasmada una estadística casi calcada entre ambos conjuntos. Seguir dominando el rebote (14-19) sería clave, y más contra equipos con tanto poder físico como los vitorianos.
A pesar de la ventaja, 6 puntos (ni 12 puntos) no son nada, y menos en un campo y rival como estos. Luwawu-Cabarrot daba un paso adelante para los azulgrana, y estaba en un momento que incluso tirando de espaldas las podía enchufar. A pesar de un inicio más fluido ofensivamente hablando de Baskonia, nosotros seguíamos estando allí. Jerrick Harding aparecía por los nuestros, con canastas en juego y desde la línea de tiro libre, poniéndose el equipo a la espalda en un momento muy importante del duelo (minuto 25, 56-62). Kyle Kuric castigaba desde el triple y entrando en el tramo final de tercer periodo continuábamos manteniéndonos por delante en el marcador, un hecho muy devengable. En aquel momento, el partido se adueñaba a su favor, y castigándonos muchísimo desde el rebote recortaban distancias para el 72-75 y así encarar unos últimos diez minutos que serían de auténtico infarto. Si lo era el inicio del tercero, el de este último periodo aún lo era más de importante. Kyle Kuric de nuevo, Kyle Kuric siendo el referente, un Kyle Kuric líder que ha finalizado el partido con 24 puntos colocaba dos triples de manera consecutiva que congelaban en el Buesa Arena (minuto 31, 72-81). Con un gran trabajo y sin volvernos locos, el MoraBanc Andorra conseguía ampliar la diferencia y llegar a una máxima ventaja de hasta 12 puntos entrando en el ecuador de cuarto (minuto 35, 75-87). De repente, todo se había puesto tan cuesta arriba que el Baskonia volvía a estar más dentro que nunca del partido después de estar casi KO. Una acción detrás de la otra y un Buesa Arena que se lo volvía a creer y entraba en ebullición, había que volver a coger aire e intentar retomar todo lo bueno que habíamos conseguido hacer hasta ahora. Y es que los locales empataban el partido de nuevo, y teníamos que empezar de cero. Podríamos escribir un largo guión describiendo las últimas acciones de un último intercambio que nos ha acabado siendo favorable, pero la clave ha sido la defensa. El trabajo detrás y los tiros libres de un Kyle Kuric que no le temblaba la muñeca desde el tiro libre han sido las últimas claves para llevarnos un partido que es mucho más que una victoria. 91-95 al Buesa Arena y premio a un trabajo muy bien hecho en esta segunda jornada de liga.
El próximo partido será en la Bombonera, nos visita el Leyma Coruña para disputar la tercera jornada de la Liga Endesa el sábado 12 de octubre a las 20:45 horas.