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El MoraBanc Andorra acaba cediendo en Madrid en un partido de menos a más para los nuestros. Bajando al barro y luchando de tú a tú contra el líder, los de Natxo Lezkano no han podido dar la sorpresa de la jornada tras un tramo final donde los detalles han marcado la diferencia.
Hoy visitábamos el WiZink Center para jugar ante el Real Madrid, y eso siempre son buenas noticias. El MoraBanc Andorra no podía lucir mejor con el color morado de las equipaciones especiales en homenaje a la lucha contra la violencia de género. Los nuestros empezaban el partido centrados, y plantaban cara al líder a pesar de las circunstancias adversas que iban apareciendo. Stan Okoye se hacía daño en el tobillo y no volvería a salir a pista, mientras que Jerrick Harding sumaba, demasiado temprano, su tercera falta personal. Ante todo esto, los andorranos han luchado de valiente por incomodar los tiros de un Real Madrid que no estaba encontrando acierto, pero si dominaba la lucha en el rebote. El 20-16 al final del primer cuarto plasmaba lo que estábamos viendo, un encuentro igualado. A medida que pasaban los minutos, el rival empezaba a alzar el vuelo sintiéndose cómodo en pista, castigando así a un MoraBanc Andorra que sufría con los contratiempos a nivel de rotación. Cuando no era Musa era Hezonja, y si no Tavares, y los de Natxo Lezkano se veían dieciséis puntos por debajo en un abrir y cerrar de ojos. Cuanto peor pintaba la cosa antes de ir a los vestuarios, los nuestros sacaban fuerza para devolver el parcial. Un triple de Juan Rubio y un Jean Montero en estado de gracia (9 puntos primera parte) nos hacían ir al descanso con el 43-33. En el comienzo de la segunda parte, Jean Montero continuaba con la muñeca caliente y seguía poniéndose el equipo a la espalda en ataque. El buen trabajo del equipo nos hacía tener a diez puntos de diferencia a un Real Madrid que contestaba cuando tenía que contestar, pero sin llegar a pisar el acelerador del todo, y eso nos continuaba dando vida. Ir picando piedra en ataque ante un rival que había subido su intensidad física, y detrás ir variando con una defensa zonal que provocaba dudas a los blancos. En el ecuador del último cuarto, de la mano de Mihajlo Andric y el propio Montero (25 puntos), nos situábamos tan solo a cuatro puntos de diferencia. El WiZink ahora sí despertaba, mínimamente sin embargo, porque le empezaban a ver las orejas al lobo. En el tramo final de partido, desgraciadamente, los tiros de los tricolores no entraban, y estos hubieran hecho empezar el enfrentamiento de nuevo con un empate o incluso ninguneado. No se ha podido dar la sorpresa en la pista del primero de la clasificación, pero los nuestros han dado muchos minutos de buenas sensaciones que bien marcan el camino a seguir.
El siguiente partido será el sábado 2 de diciembre (20:45 horas) en el Pabellón Girona-Fontajau de Girona para enfrentarnos al Bàsquet Girona.
