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El pasado sábado fue uno de los días más complicados de mi vida. Y lo fue porque resultaba imposible separar, al menos de inmediato, los muchos y distintos sentimientos que me recorrían. Por un lado, y nada más terminar el partido, la forma en que todo se materializó fue muy dura y la toma de conciencia de lo que nos acababa de pasar me hizo llegar a una gran tristeza. La temporada había terminado y se había consumido un descenso a Leb oro que debo admitir que ya veía venir desde hace unas semanas. Los últimos partidos y la lucha del equipo nos llevaron a tener la oportunidad de jugárnoslo en un rostro o cruz en lo que lamentablemente salió cruz. Por tanto lo primero que sentí es una enorme tristeza acompañada del vacío después de unos meses muy complicados. Pero al mismo tiempo, y eso me hizo emocionar más, sentía una gran satisfacción. El aspecto de nuestra Bombonera en el último tramo de temporada ha sido increíble. La respuesta de nuestro público ha sido emocionante. La intensidad y la fe con que nuestros aficionados han querido defender nuestro sitio en la ACB es el mejor contrato que podemos firmar con el futuro. Somos una plaza ACB y lo somos porque nuestra gente quiere. Siempre ha sido así, y esto ya nos impulsó a subir hace 8 años. Lo que hace la afición el sábado es una auténtica demostración.
Y hasta ahí las emociones. El paso de las horas deja paso a los hechos. Y el club ha bajado a la Leb oro después de una temporada en la que hemos cometido demasiados errores. Y sobre cada error, cuando hemos intentado tomar decisiones para subsanarlos, volvimos a equivocarnos. Y no podemos hacer otra cosa que pedir perdón a nuestros aficionados. Hemos apostado por procesos que nos habían dado éxito antes y le hemos puesto más horas que nunca intentando que las cosas giraran durante la temporada pero no lo hemos conseguido. No hay excusas y las explicaciones serían muy largas. No lo hemos hecho bien considerando la envergadura del reto y debemos mirarnos al espejo y admitirlo. Sobre todo por la deuda que sentimos con nuestra gente.
Pero no nos podemos estar lamentando mucho tiempo. Con el corazón dolorido pero ya nos hemos puesto a trabajar en el futuro. Y lo que queremos es volver a la ACB lo antes posible. La historia de este club revela que lo importante que tiene es su capacidad para resistir por fuerte que sea el batacazo: Y ahora la vida nos vuelve a poner un gran reto delante y no le diremos que no. Ya lo hemos hecho antes y podemos volver a hacerlo. La respuesta desde el sábado de nuestros partners principales es tan emocionante como la de los aficionados y es un impulso definitivo para poder reunir los recursos para realizar un proyecto ganador en Leb Or.
Las últimas palabras de esta carta las sabéis todos.
Som Un País
MaiPor
Volveremos
