Las temporadas terminan un día y te dejan el resultado final como la nota que te acaba acompañando. Puedes aprobar o puedes suspender pero es un dato. Pero las temporadas tienen dentro días que recuerdas para siempre por lo intensos que han sido y porque al final la vida (el camino) está hecho de fragmentos que vamos uniendo. Algunos les recordamos y otros no. Todo este “pastelón” sirve para decir que la victoria de hoy por 97-89 contra Zunder Palencia la recordaremos para siempre. Primero porque el partido ha sido durísimo contra un rival peor que un dolor de muelas que sólo ha clavado la rodilla en el suelo después de que el MoraBanc haya puesto absolutamente todo lo que tenía en la pista, alma y calidad. Y segundo por el ambiente. La Bombonera estaba llena como muy pocas veces y ha gritado y ha animado como nunca sosteniendo al equipo en los muchos momentos de duda que se le han podido generar. Pero los de Lezkano han tenido mucha personalidad y han entendido desde el inicio que debían ser una roca a nivel mental porque el rival te lleva al límite. Palencia tiene tal nivel de convicción que si en un tramo de partido falleces te pasan por encima. Y hay que decir que pese a sufrir y no poder dominar el partido con claridad, los de Lezkano han sido capaces de mantener siempre la mirada al rival y, además, han tenido una virtud que debe remarcarse con mayúsculas. Hoy el arbitraje ha sido de aquellos que cuesta entender en muchos momentos y contra un rival tanto físico como Palencia el riesgo de perder los papeles era muy elevado. Pese a la alta temperatura de las protestas en la gradería y alguna técnica, el MoraBanc ha sabido desvincular el sacrificio que hacía falta en todo momento de la frustración que pudieran generar algunas actuaciones arbitrales. Y hay que decir que ese punto de calma ha terminado siendo clave. Corazón caliente, cabeza fría y puestos a hablar del juego: 15 triples y 45 rebotes (por 29 del rival). Ganar en el rebote este Zunder Palencia tiene un mérito bien grande y habla muy bien del deseo de los tricolores, que también han repartido 21 asistencias por 11 del Palencia.
El partido, pero fue como un acordeón que se iba estirando y contrayendo y en el que ninguno de los dos conseguía mantener un dominio claro sobre el rival. Cada vez que parecía que uno de los dos podía irse un poco llegaba una réplica. Y hay que decir que pese a la dureza que ha habido, el partido ha sido un regalo para los espectadores. El MoraBanc ha hecho 97 puntos pero es que el Palencia ha hecho 89. Los dos equipos han querido cruzar espadas desde el inicio especulando poco. Ha habido lo que ahora los finolis llaman MOMENTUM. Juan Rubio ha hecho tres triples seguidos entrando en combustión que han vuelto loca a la gente y han hecho un pequeño agujero de 8 puntos que después se ha podido, más o menos administrar. La victoria de 8 puntos ha dejado al MoraBanc a un solo punto de superar el average particular en una noche que ha estado a punto de ser aún más redonda. Los parciales han ido así 22-23, 39-43, 65-64 y el 97-89 final (32 puntos tricolores en el último cuarto). Andric y Johnny Dee, con 19 puntos, fueron los máximos anotadores. La victoria hoy debe celebrarse y con ganas pero está muy lejos de ser decisiva. Sin ir más lejos el MoraBanc Andorra visita el próximo sábado Burgos en un partido que no será más sencillo que el de hoy. Y un dato para terminar. Y nos la dice la estadística. Es cierto que hemos presenciado un partidazo de ambos equipos pero en la valoración el MoraBanc hoy ha ganado 114 a 85, o sea que quizás sí que ha hecho un montón de cosas muy bien.