Hay partidos que quedan en la memoria para siempre. De hecho hay partidos que la construyen. No será el caso, ni de lejos, de la derrota del MoraBanc Andorra esta noche en Zagreb ante la Cedevita por 91-73 en la tercera jornada de la Eurocup. Una derrota que, con todos los respetos para los que disfruten de esta opción, ha sido una comida sin sal. El talento obvio del equipo local le ha hecho merecedor de largo de la victoria pero delante tuvo un conjunto tricolor que atraviesa una fase de dudas que debe superar rápidamente porque cada tres días se examina y cada examen cuenta a final de temporada. No hay asignaturas marías aquí. La derrota de hoy, la tercera en tres partidos (y aún más por la diferencia que hay agudo) deja bien claro que la clasificación para la siguiente ronda de la Eurocup a día de hoy es un sueño complicado. Imposible no, porque queda mucha competición, suficiente como para reaccionar, pero lo más importante es volver a establecer contacto entre el equipo que ya jugado hoy en Croacia (o el pasado domingo en Zaragoza) y el que ilusionó todos en verano . Y aquí es donde está el trabajo a realizar. O deprisa porque Domingo visita la BMB un peligroso Iberostar Tenerife, que está mostrándose muy sólido hasta ahora en lo que va de liga.
El partido de hoy ha arrancado con Cedevita castigando una y otra vez la vulnerable defensa tricolor. Los hombres de Peñarroya han ido tirando de libretto y de rincones de seguridad en ataque hasta encontrar la manera de convertir el monólogo en diálogo de cestas. Pero al final del primer cuarto el marcador era 27-19 y las sensaciones no eran buenas. El inicio del segundo no ha sido demasiado diferente. El MoraBanc mostraba orgullo para ir replicando pero volvía a estar alarmantemente mal en los tiros libres. Aunque los libres sumen sólo de uno en uno acaban minando la confianza de un equipo que precisamente en este momento no está sobrado de este concepto. Y en el segundo cuarto se transitaba con diferencias entre los 10 y los 12 puntos por los locales. Pero un par de arrebatos de David Walker y Blazic han colocado los tricolores en disposición de discutir. El partido ha llegado a la mitad con un 45-39 que hacía concebir esperanzas.
Pero la segunda parte ha sido, de salida un querer y no poder. Y luego simplemente el reflejo de una impotencia que esta plantilla debe saber transformar en orgullo competitivo. Porque está y que, en tramos concretos de partidos lo ha mostrado. Incluso después de hacer algún intento y haber mantenido distancias en momentos del tercer cuarto, el Cedevita ha puesto distancia con facilidad en el último cuarto y ha obtenido una victoria fácil inaugurando su cuenta particular en esta Eurocup.
En el capítulo individual Blazic con 14 fue el más valorado con 8 puntos, 6 rebotes y 5 asistencias. Karnowski anotó 11 puntos, Walker 10 (12 de valoración) y Albicy repartió 5 asistencias. Por el bando local, el jugador que ha hecho más daño (dentro de una actuación coral) ha sido Nichols con 20 puntos.