La derrota de hoy por 85-79 en la pista del Café Candelas Breogán duele por varias trayectorias. Apelando al símil taurino, una es porque es una derrota que prácticamente cierra el debate sobre la Copa del Rey, uno de los objetivos de la temporada por parte de todos los integrantes del equipo y el cuerpo técnico. Decir virtualmente adiós no es fácil. Otra de las trayectorias es que perder hoy va a parar al mismo centro de dolor donde aún no había interrumpido del todo sus mensajes el partido de hoy hace una semana en la BMB contra Delteco GBC. Y una tercera, íntimamente relacionada con la anterior, es que las dos últimas derrotas en liga han producido contra los dos últimos de la clasificación. Por otra parte, las consecuencias de la bajada posterior a las ventanas FIBA, tres derrotas consecutivas, son que los de Ibon Navarro han dejado que los equipos de la parte baja empiecen a resoplar el cogote con cierta fuerza. Y más allá de si los objetivos del equipo eran más elevados a priori, ahora lo único que cuenta es recuperar la confianza y empezar a ganar partidos que es lo que cuenta en realidad. Las grandes novelas están hechas de muchas páginas, sólo con la tapa no se engancha ningún lector. Pues toca dotar de contenido constante y de calidad a la historia de esta temporada, con Copa o sin. Queda mucho para disfrutar y muchas cosas importantes para seguir consolidando el camino del club en la mejor liga de Europa.
Yendo al partido de hoy hay que decir que lo que menos se le podría recriminar a los jugadores es falta de entrega. Todos y cada uno de los que han jugar han puesto corazón en la pista. Lo que no ha habido es acierto (sobre todo de 3 puntos 5/21), ni muy buenas decisiones en momentos claves. Y enfrente, los de Ibon Navarro han encontrado un Breogán determinado a ligar la segunda victoria consecutiva en casa después de tumbar al Madrid 6 días antes. Y los gallegos han sabido castigar cruelmente y cuando más falta ha hecho los errores tricolores. Y eso que el partido ha empezado bien, con ventajas andorranos, que han llegado a los 6 puntos, 13-19. Y en este momento, un poco como el partido de Valencia hace 15 días ha llegado un parcial terrible para el equipo local, 18-3. Y el partido que ha quedado ya no ha vuelto a ser el mismo. 31-22 se ha puesto y marcador y el Pazo dos deportes hundía. Pero el MoraBanc ha vuelto por primera vez en el partido, después lo ha vuelto a hacer. Los tricolores han tenido incluso opciones de atrapar a los locales pero en el último minuto y medio ha habido una nueva tirón a base de tiros de tres puntos. Y el 39-33 al descanso lo dejaba todo abierto. Y el arranque del segundo tiempo se ha parecido a lo que se había visto en el segundo cuarto. El MoraBanc ha ido a remolque, era un querer y no poder. Y el Breogán lo ha aprovechado para irse con un 50-38 y un 52-40 que ya eran preocupantes entrada la segunda parte. Pero los de Ibon Navarro han continuado siendo tercos y han vuelto a entrar en el partido. Con 54-53 y con 57-55 hubo dos ataques en que Ennis ha tenido tiro para dar la vuelta pero no pudo anotar (el canadiense ha hecho 6 puntos y valoró -2 en uno de los factores que seguro no han ayudado en los tramos decisivos). El tercer cuarto ha acabado 74-69 con el MoraBanc haciendo la goma en un ejercicio digno de Escartín. Y al final ha faltado luz en el juego del equipo, un punto de inspiración para sublevar lo que estaba pasando. Y la victoria se ha quedado en Lugo.
Ha habido dos jugadores, a pesar de la derrota, que han hecho un gran partido. Oliver Stevic valoró 20 con 13 puntos y 10 rebotes y John Shurna ha hecho 18 puntos y ha sido quien ha mantenido vivo al equipo en muchos momentos.
El equipo vuelve mañana hacia Andorra y no entrena hasta el día de Sant Esteve. El próximo sábado el Movistar Estudiantes visita la Bombonera y tal y como está el panorama, tocará atar la victoria sí o sí.