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Thomas Schreiner con dos triples, el segundo decisivo y el primero con suspense y rebote vertical en el aro, a última hora dio ayer la victoria el MoraBanc Andorra por 84-82 en un partido de infarto. Decir que el equipo andorrano mereció ganar sería tant injusto como decir lo contrario. Lo que si es cierto es que la delgadísima línea que separa la alegría de la oscuridad más absoluta pasó toda por las manos de un austríaco de San Polkten llamado Thomas Shreiner, de apodo Tripleiner. El MoraBanc Andorra dejó escapar en el último cuarto (18-29 de parcial) el sólido y consistente ventaja acumulada durante todo el partido (66-53 al terminar el tercer cuarto). La aparición del base argentino Laprovittola en el último periodo con 18 puntos guió a los suyos hacia una remontada que no se culminó por poco. En el último minuto los madrileños ganaban por 79-82 ante un equipo tricolor que temblaba en cada decisión. La victoria permite el Morabanc Andorra respirar aire puro después de tres derrotas consecutivas.
El primer cuarto arrancó con la sensación de que los hombres de Peñarroya tenían más que el Movistar Estudiantes. Más de todo. Más defensa, más consistencia y más ataque. Beto, que estuvo imperial con 18 puntos y 21 de valoración, fue el faro que iluminaba el camino ayudado por las pinceladas de Shermadini, Bogdanovic y Stojanovski. Al final del primer cuarto el marcador estaba 22-15. Relax ni un pero si sobrevolaba el encuentro la sensación de que se jugaba a lo que quería el MoraBanc Andorra.
Los visitantes, además, estuvieron muy desacertados en los lanzamientos de tres puntos. Nacho Martín y Xavi Rey, los dos jugadores interiores, mantenían flotando los colegiales llegando al descanso con un 40-34 que permitía pensar que las espadas estaban elevadas. Stephen Holt en su debut en casa quería más que podía pero exhibía detalles de lo que puede ser en un futuro inmediato.
El tercer cuarto fue el de más color andorrano. El buen nivel defensivo de jugadores como Pino o Sada alimentó el juego ofreciendo posibilidades de anotar a los hombres más finos, como el omnipresente Beto. Al concluir los primeros 30 minutos el 66-53. Algunos en el pabellón pensaban en el hamburguesa y un poco más y se quedan sin cenar por el disgusto de la remontada visitante. La conclusión, de infarto, está relatada en el inicio de esta crónica.
Desde el punto de vista de las emociones, la noche no podía ser más especial. El MoraBanc Andorra jugó con una camiseta retro en homenaje a los pioneros que fundaron el club en los años 70 y que recibieron un homenaje en el descanso. El próximo partido para los de Peñarroya no será fácil ya que se visita la `pista del Real Madrid, pero ya con 10 victorias.
