Ya tenemos la navidad encima y quien más quien menos reclama su quota de felicidad de fiestas. Aquel pedazito de Love Actually que todos creemos que nos corresponde. Y la vida siempre acaba haciendo lo que le da la gana, que por eso es la vida, y a menudo no satisface las demandas de píldoras de esa felicidad. Especialmente si por esa felicidad hay una disputa entre dos partes. Hoy quien se ha ido muy contento del partido es el Casademont Zaragoza que ha conquistado muy justamente la Bombonera por 83-92 en un partido que duele mucho a los tricolores. Los de Ponsarnau han ofrecido una muy buena imagen atando bastante bien el talento del MoraBanc y atacando muy bien en los momentos claves. Además, el Casademont tuvo el puntito de suerte e inspiración necesario para decantar el duelo. El MoraBanc, por el contrario, ha estado desafortunado y ha parecido no encontrar el interruptor de la energía que le ha hecho ser muy sólido últimamente en casa. Los de Ibon Navarro han trabajado hasta el final para intentar atar un triunfo muy importante pero en ningún momento han ofrecido la sensación de dominar el relato del partido. Han sido más revueltas de genio o talento que un crecimiento colectivo real. Y la derrota duele porque las sensaciones últimamente no eran malas y parecía que, pese a tener muy complicada la copa, el equipo estaba preparado para empezar a sumar pensando en la secuencia larga, en la temporada entera. Pero hoy no se ha visto el MoraBanc convencido de cada esfuerzo delante y detrás. Los locales han sido un equipo frágil en defensa, algo que también está motivado por el excelente trabajo de los visitantes.
El partido empezó con un intercambio de golpes que no hacía pensar en lo que vendría después. El MoraBanc jugaba con alegría y se ha estirado hasta un interesante 23-16. Y en ese momento ha cambiado el partido. Zaragoza pareció entender del todo lo que tenía que hacer para ganar y se dedicó a seguir el guión punto por punto hasta el final. Los aragoneses no han permitido coger ritmo a los tricolores en ningún momento. Y del 23-16 se ha pasado al 26-32. Sólo eran 6 puntos en ese momento pero lo importante era la dinámica y había girado de una manera que nadie podía sospechar en el pabellón. En el descanso 35-42. Durante toda la segunda parte las sensaciones han estado siempre de ver a un equipo a remolque, que no se rendiría eso sí, y otro que estaba seguro de las teclas a tocar para llevarse la victoria. Y así ha sido por un 83-92 que ha dejado a todos bien fríos en una noche en la que la Bombonera ha estado más apagada de lo habitual. Radoncic, Mobley y Wasczinsky han sido los verdugos del MoraBanc. En clave tricolor con 19 puntos y 7 asistencias lo mejor ha sido Codi Miller-Mintyre. El equipo tendrá poco tiempo para chuparse las heridas de hoy por mucho que puedan escocer. El martes hay partido Eurocup en París.