El MoraBanc Andorra no se ha salvado hoy. Tampoco era posible conseguirlo. Lo que ha hecho es volver a darse otra vida extra en la lucha por la permanencia. Y lo ha hecho ganando por 80-83 en la pista del Casademont Zaragoza en un partido que ha necesitado dos prórrogas para resolverse. Una locura de partido en la que los hombres de Oscar Quintana han mostrado carácter y personalidad para sobreponerse a un montón de situaciones que potencialmente podían destrozarlos. Y es que los tricolores han tenido el partido muy bien encarado para liquidarlo en los 40 minutos y en los 45 pero no han sido capaces de cerrarlo. Y sin embargo, y a pesar de los resurgimientos de la grada local que enloquecía (y no puede ser de otra manera) con las alternativas que se iban creando, el MoraBanc ha sido capaz de sobreponerse una y otra vez llevándose una victoria épica. Ahora los tricolores empiezan ya a pensar en el partido del sábado ante Lenovo Tenerife en el que una victoria es muy probable que les otorgue la permanencia. Las imágenes de celebración de los jugadores hoy con la afición desplazada a Zaragoza son ya parte de la leyenda de un club que está mostrando querer pelear hasta la extenuación para quedarse en la liga Endesa. Vamos al partido que es tardísimo y, total, quien escribe la crónica está totalmente convencido de que esto no se lo leerá nadie. ¡Y si alguien lo hace que lo diga!
El primer cuarto fue exactamente como se esperaba. Ha sido una batalla de nervios entre dos equipos que trabajaban por no tener permanentemente presente lo que estaba en juego pero que en todas y cada una de las acciones notaban el peso de la responsabilidad. En este duelo quien ha sacado mayor provecho ha sido Casademont Zaragoza que ha tenido más claridad en ataque. El MoraBac ha estado muy espeso en todo momento y encontrar el aro ha sido más algo de arrebatos que de tener continuidad en el juego. El 18-12 dejaba claro que los tricolores debían encontrar maneras de hacer daño al rival en ataque aparte de ser duros detrás. El segundo cuarto la receta no ha cambiado. El partido, y era de esperar, no ha sido un plato fácil de digerir. Muchos contactos, poco juego limpio y no demasiada precisión. Pero hay que reconocer que entre los dos equipos quien más fácilmente encontraba el anillo rival era el equipo local. Y así se ha llegado a los 10 puntos que siempre es una diferencia que empieza a preocupar (23-13 y 30-20) e incluso a los 11, 36-25. Un triple de esos que sólo puede hacer Hannah sobre el claxon dejaba las cosas en 36-28. Las sensaciones en el descanso estaban compartimentadas. Por un lado iba la solidez defensiva y por otro las enormes dificultades para hacer canasta. De hecho en los primeros 20 minutos sólo una racha de Conor Morgan, de 8 puntos, podía considerarse una secuencia amenazante por los locales. El tercer cuarto las cosas han cambiado. El Morabanc ha sido más vertical, ha podido hacer alguna canasta corriente y cerca del aro y la tendencia ha empezado a girar. Con 41-39 y ruido en el Príncipe Felipe ha habido un par de ataques para empatar que no han entrado y eso lo ha aprovechado para reponerse el equipo local que ha vuelto a estirar hasta el 50-42. Una nueva reacción del MoraBanc, clave tal y como han ido las cosas después, dejaba el marcador 50-48 después de 30 minutos. En el último cuarto el MoraBanc ha sido mejor, más sólido y en la batalla de nervios parecía tener algo menos. No mucho. Conor Morgan ha aparecido desde el triple y se ha entrado en los dos últimos minutos con los tricolores 6 arriba y pelota. Los tiros no han entrado, los tiros libres tampoco y entre eso y que el Zaragoza se lo ha creído el partido ha ido a la prórroga (64-64). En el tiempo añadido el guión no ha cambiado a medida que se iba haciendo gigante la figura de Oriol Paulí. Hannah y Codi asumían la responsabilidad y el MoraBanc, de nuevo, parecía tener el partido bien encarado. Pero los errores desde el tiro libre han marcado la recta final del período y se ha ido a una segunda prórroga /75-75). Cuando un equipo sobrevive e insiste tanto como el Zaragoza suele llevarse el partido pero hoy no ha ido así. La forma en que el MoraBanc se ha cogido al partido ha sido increíble y al final, con todo el mundo reventado, se ha ganado. Otro partido, y ya van varios increíble. El sábado a las 20h45, en una Bombonera que debe charlar, último partido de liga contra Lenovo Tenerife. Una victoria del MoraBanc convierte la salvación en probable.