Las finales se juegan para ganarlas y si juegas una y pierdes marchas jodido. El análisis no da por mucho más si se quiere simplificar. Pero esto es una crónica y nos toca profundizar y más en un partido que ha tenido muchas historias pequeñas dentro y muchos tramos interesantes. El MoraBanc ha perdido hoy la final de la Copa Princesa por 74-69 en la pista del Zunder Palencia en un partido jugado en un ambiente sensacional de baloncesto y que se ha decidido en la recta final del último cuarto. La victoria local se explica en que el Zunder Palencia es un equipo de hierro fundido que juega muy duro y que está primero de la liga por merecimientos propios. Hoy ha vuelto a ofrecer buena muestra de ello ante una buena versión del MoraBanc Andorra. Con el marcador 56-60 pasado el ecuador del último cuarto, las cosas han girado hasta un 67-60 que ha hecho el break decisivo. En estos dos minutitos de partido la agresividad de Palencia ha sido máxima y los de Pedro Rivero han sacado mucho provecho. No puede decirse que el triunfo local haya sido injusto pero si hubiera sido al revés tampoco lo hubiera sido. Mucho ha hecho bien el MoraBanc hoy para levantar el trofeo. De hecho en el descanso las cosas estaban 31-39 con un Speight espectacular (ha acabado con 20 puntos pero en el descanso llevaba 18) y sensación de dominio tricolor. Pero después del descanso han pasado cosas. Varias. La primera ya la hemos mencionado. El Palencia ha endurecido mucho el juego después del descanso y realmente el listón arbitral ha cambiado respecto al primer tiempo. En ese ecosistema los locales han sido más cómodos. Y el segundo tema es lo que suele llamarse imponderable. El partido ha tardado en reanudarse más de 40 minutos al descanso porque se ha roto un tablero en un espectáculo de mates. Lo que ha tardado la reparación ha roto la inercia del partido por completo y quien peor parado ha salido es quien estaba mandando, claro. Por otra parte, nunca sabremos qué precio ha tenido por el MoraBanc Andorra atacar el segundo tiempo en una cesta mucho más rígida y sometida a una reparación. No busquen el tono de excusa en este tema pero se haría la crónica muy mal hecha si no se menciona este hecho. Tuvo peso en el partido. Por otra parte, hoy no jugó Rafa Luz por precaución con unos problemas musculares, Tobias Borg jugó después de 3 meses y Mihajlo Andric fue con fiebre todo el día por una gripe. En un partido contra un gran equipo como el Palencia tal vez estos factores afecten a la falta de combustible en el tramo decisivo. Pero vamos, el resultado es lo que es y la Copa es palentina. A pasar página ya pensar en el futuro porque el gran reto de ser campeones o subir sigue más vivo que nunca. Los dos rivales de hoy se citan, por cierto, en la Bombonera el próximo 4 de marzo.