La derrota del MoraBanc Andorra hoy por 63-69 con el Tofaş Bursa en la Bombonera es de las que hacen daño. Se mire como se mire. Es la tercera consecutiva y dentro de esta secuencia también es la tercera que llega en la recta final del partido después de haber acreditado antes que había altas posibilidades de conseguir la victoria. La de hoy es más dura quizá porque es en casa, porque complica mucho el Top16 y también porque denota una tendencia y una dinámica que dista mucho de la euforia vivida en el mismo escenario hace 11 días en la victoria contra Zaragoza por 28 puntos de diferencia. El MoraBanc Andorra no ha podido contar con Walker, que está griposo, ni con Moussa que parece que encara la recta final de su recuperación. Dos bajas importantes sin duda pero es que los turcos tenían la baja de 4 jugadores también importantes. Los turcos no han venido con el primer entrenador que también está enfermo. Por tanto, desde este punto de vista también ha sido un partido del que hay que tomar nota para mejorar. Los últimos días han sido de emociones intensas con un gran logro como la clasificación para la Copa del Rey en el epicentro de todo y el partido de hoy cambia forzosamente el enfoque y lo transporta a la necesidad no de celebrar sino de reaccionar . El MoraBanc hoy ganaba 63-59 entrando en los últimos 5 minutos y la recta final ha sido complicada de digerir por el 0-10 con que los visitantes se han llevado una victoria muy meritoria por su capacidad para engancharse a un partido en el que el dominio en el marcador ha sido casi siempre tricolor. La sensación es que en el último cuarto llegaría la escapada buena y la afición podría vivir una tranquila noche europea en la Bombonera. Pero no ha sido así. Y el MoraBanc no puede lamerse mucho las heridas porque el calendario es implacable. El domingo a las 12h30 llega a la BMB el siempre peligroso Monbús Obradoiro y martes Unicaja de Málaga en partido Eurocup. Toca levantarse, toca reponerse. Nada se acaba, todo continúa.